Normalmente llego a la oficina entre 8:00 y 8:30 am. Hoy, por motivos de viaje, llegué a las 6:15 am. De camino, pude ver alineados al menos 30 carros de transporte público en la Av. Winston Churchill esquina Av. John F. Kennedy; aprestos a trasladar a las personas que ya estaban comenzando a llegar para de ahí iniciar su segundo o tercer trayecto a tan escasas horas de la mañana.
Me hizo viajar en el tiempo y el espacio ver a tantos hombres y algunas mujeres junto a sus carros, con el vasito de café (o era té?) en mano dialogando de manera amena a pesar de las ojeras que no podían ocultar y el cansancio de la jornada anterior. Esos choferes, en ese instante, se convirtieron en padres de familia ante mis ojos.
Recordé mi infancia; aquellos primeros años en el ensanche La Fe, desde donde tomé junto a mi madre tantos carros públicos: hacia Herrera a visitar a la abuela, hacia Villa Consuelo para ir al mercado y visitar las amigas, comadres y tíos (no por consanguinidad sino por estima), hacia el Malecón a disfrutar del carnaval o simplemente a comer una pizza o un chimi.
Todos esos choferes de esa época los recuerdo con agrado. Eran educados, algunos vestían chacabana, decoraban sus asientos con los cojines de retazo y uno que otro con una calco manía del tornillo y la tuerca o de los puerquitos "haciendo chuleta para el país".
No los recuerdo agresivos, insultantes o insolentes. "Tigueres" siempre hubo; recuerdo un día regresando de noche por la Isabel Aguiar, en los frentes de lo que hoy es el Hospital Marcelino Vélez, nos pararon y bajaron del carro público. Era el dueño del carro que había dejado reparándolo en un taller y el mecánico en las noches conchaba en él. Hoy me provoca risa, en aquel momento (algunos 7 años) casi moría del susto.
Quisiera pensar que aún es posible volver a ver a nuestros choferes como los Padres de Familia de los futuros hombres y mujeres que han de continuar la construcción del país soñado. Quisiera pensar que aún es posible que los choferes de mi época esten vivos y puedan y que los choferes de hoy sean sus hijos, para que puedan así emular las acciones de sus padres, sí, los de sus familias.
Buen día!
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